Zhivka Baltadzhieva | Blaga Dimitrova: Poesía frente a la entropía

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¿Que desgracia más tendría que acontecer,
para que por fin llegásemos a sentirnos un todo global humano?
Blaga Dimitrova, última entrevista




En un encuentro en el Ateneo de Madrid a la pregunta: «¿Cuál ha sido en su opinión la mayor desgracia vivida por la humanidad?», Borges contestó: «La revolución de Octubre, que dividió la humanidad en dos, y cada una encerró en su cárcel». Todavía sigue en mí el temblor terrorífico con el que vibraba y resonaba esta respuesta, tan inmediata y tan pensada.

Vine a España el otoño del 1983. Ni siquiera hablaba español, pero escritores y artistas españoles me tenían imantada. Eran parte de mí que ansiaba regresar a sí misma, aventurándome en un territorio otro, el territorio del otro. No me daba cuenta de que la dirección desconocida y otra era mi propio ser, mi forma de percibir, de expresar el mundo y la existencia. En estos años he aprendido. Mi inquietud ha crecido. Y la angustia. No sé si podré expresar mis intuiciones, y en qué  idioma. Pero basta con vivir el mestizaje camino de un nuevo pensar. Vivir el resurgimiento de Europa, la que ve de lejos. La que parte ahora en la difícil misión de incorporarse la perspectiva del otro y de lo otro, a abrir su herencia a la innovación, no tornarla un museo en el mundo globalizado de lo virtual.

En este mundo nuestro, gobernado por el discurso, la dispersión de las ideas y el imperativo moderno que exige borrar las huellas, la palabra poética, con su memoria y sus presentimientos, con sus sombras y oscuridades, con su luz de luciérnaga en la noche cerrada, con su sol que arde sin tregua a pesar de la muerte, en su eterno viaje al descubrimiento de lo otro, sigue siendo la morada de nuestro ser esencial, el espacio donde somos, donde el espíritu humano se asoma a la libertad, la autosuperación y la permanencia. Donde la memoria y la imaginación, exteriorizadas en el lenguaje, arden en la vida única de la conciencia en expansión, por encima de los inexpugnables límites del espacio – tiempo (Canetti).

Mi propósito era crear una imagen del proceso de anulación de la entropía del espíritu humano a través de una lectura de los poemas de la escritora búlgara Blaga Dimitrova. Descifrar en breve su relación con la tradición, el presente, el futuro. Señalar el diálogo de fondo que mantiene con la obra de autores clásicos universales: Homero, Ovidio, Dante, Cervantes, Sheakspeare, Goethe, Gogol… 

Con poetas del canon búlgaro como Constantino Cirilo el Filósofo, Botev, K. Hristov, P. Slaveikov, Yavorov, Debelianov, Liliev, Bagriana. Sistematizar las búsquedas expresivas y filosóficas que la unen a las indagaciones y las intuiciones del s. XX de la poesía. Situarla en el proceso de transfusión y transmisión de los mejores a los mejores, que es la literatura (Herrera). Pues, su texto ofrece una imagen muy definida de cómo la palabra poética actúa contra las tendencias de dispersión. Cómo el resonar de la palabra hecha propia la integra en el espacio entre el tiempo y la eternidad que es la poesía… Imposible en unas páginas contadas. Me queda trazar en líneas generales algo del proceso en el que desde el inquietante sentir de que «el futuro hecho es la muerte» (principio de incertidumbre de la física cuántica), la palabra poética la rescata a ella misma del vacuo de la doctrina. Cómo sus versos líricos e intimistas intuyen que «la deserción de la estética es la metáfora de la represión, que toda certeza muta fácilmente en violencia». Cómo su estilo, antirretórica y sintético-reflexivo, formado por la voluntad de ir hacia la alteridad, y su visión de la condición humana, ajena al triunfalismo de las utopías, llevan su poesía a la intemperie de unos páramos donde la tradición funciona como novedad en el abrazo del deseo de unir lo cercenado. 
Meditando sobre Dante, escribe T. S. Eliot: «La  tarea del filósofo, del hombre que intenta tratar ideas puras, y la tarea del poeta, que puede ser la de realizar las ideas, no se pueden llevar a cabo contemporáneamente. Pero esto no significa negar que la imaginación visual poética no pueda ser en cierto sentido filosófica. El poeta puede tratar los conceptos filosóficos no como materia de discusión, sino como materia de visión». Confinada en la oquedad del pensamiento único, traspasada por su umbrío frío, Blaga resiste, se rebela y deja que a través de los versos la lengua tantea, forma y comparta sus intuiciones, su conciencia, su sentir, su visión. Que se sorprenda y nos sorprenda y guía en un viaje iniciático desde el espacio del estancamiento, el absurdo y el estupor hacia el espacio imprevisible, contradictorio y arriesgado del sentimiento de libertad y ser interior auténtico. Encarnación de un tiempo de derrotas, atormentado por el sentimiento de desarraigo. Sin más patria que la lengua, la literatura, el amor, la memoria. Conciente de que todo lo que haga importa. Un ser en movimiento y metamorfosis, que se reconoce manipulado y se busca autentico a través del lenguaje del exilio interior, de la palabra contemplada como un  microscopio del tiempo y torre de resistencia contra el pensamiento único. Y el proceso de individuación del lenguaje rehace el mundo. Y el autor. Como comenta J. Kristeva (a propósito de Dante) «se da un universo en el mismo momento en el que le falta su lugar propio». Universo donde los espacios de sus visiones, dudas, preguntas, dolor, felicidad, de toda la experiencia humana acumulada y transformada en su ser, se afirman como signos y contraseñas de un espacio de libertad. Según dice S. Heaney: «El asunto es crear una nueva dimensión entre la lengua y la realidad. No es nada más escribir un poema, se trata de una intervención en esta época y en este mundo para recuperar la energía». Recuperar la energía. Fundir el tiempo de la memoria y la eternidad. Hacer que todo sea para siempre.

Me parece importante, comparando unos pasajes de sus memorias, ver cómo la consternación ante la nada, revela ante Canetti y Blaga la palabra como salvación e intervención, como materia de la nueva dimensión:

Blaga: «Lo primero que recuerdo es un espanto. Soy muy pequeña. (…) Mi padre me lleva de la manita. De repente doy un grito. En la pared, en una esquina, veo una enorme telaraña. Dentro mueve incontables piernecitas algo monstruoso. Mi padre dice con tono tranquilizador: No hay porque tener miedo, es una arañita. Por primera vez oigo esta palabra y ella me conquista – arañita. Desde entonces en mi vocabulario infantil brotó una manera mía de formar palabras. El terror fue ahuyentado  por la sonoridad misma de la palabra. (…) Ese primer espanto y asombro me persigue, subconscientemente y en distintas encarnaciones a lo largo de toda mi vida. Uno de mis primeros poemas (1937) se titulaba Araña. En el texto de Rostro, un libro muy importante para mí, de nuevo surgió la imagen de la araña. Hice todo lo posible e imposible para que entre en la novela el trozo de telaraña que la censura había cortado. Y todo el espanto y terror de saber que estamos en la Telaraña. (…) Y siempre este sueño: una maraña de radios -  la tal llamada rueda de la historia. Verdadero carrusel de feria del terror. Si miras desde un lado, cuando rueda acelera, no ves los radios. Los sectores se funden. Producen un torbellino mareante que crea una sensación aparente de impulso hacia delante, de movimiento que avanza. Y cuando poetas y filósofos instalan el sol naciente en el centro mismo de estos radios ¡cómo brillan sus rayos entonces! Ellos mismos se convierten en soles. Radios – soles. Escollos. Pero si miras desde dentro te mareas. Tienes un punto de vista y enfoque diferente: de cerca este sol es dentudo. Tienes dos opciones. Dos alternativas: o ser araña, o mosca». (16.04. 2000, Trud, 2. 08. 2003)

¿Y Canetti? También su primer recuerdo tiene que ver con la muerte. Me permitiré perifrasear: la niñera sostiene el pequeño en brazos; de repente, se acerca un hombre y ordena al niño que enseñe la lengua; obedece; el hombre extrae una navaja y lo amenaza cortarle la lengua si no guarda silencio; el niño tiembla de terror; el monstruo dice: Hoy todavía no, mañana. Un día descubrirá que el torturador era sólo el amante de la niñera. Pero esa anécdota, donde cada palabra significa y sugiere, se convierte en metáfora. La lengua amenazada es el trasunto de la vida y la existencia acosadas por la nada.

Es el espacio de muchos poemas de Blaga: el silencio forzoso, los problemas que surgen del control y la represión, la pérdida de identidad:


Как позволи езикът ти –
див, необязден, прескачащ
през стобора на зъбите –

да бъде опитомен?

Той си ближе думите,
както раните – тигър
в клетка под ключ.

Призванието внезапно
се разлютявя в кръвта му
и тъкмо да изригне рев –

надзирател на себе си,
яростно се захапва сам.
Руква мълчание.

Зад зъбите езикът кърви.

В устната клетка

¿Cómo toleró tu lengua,
salvaje, indómita, dada a soltarse
la reja de los dientes,

ser domada?

Las palabras se lame,
sus hondas heridas,
igual que un  tigre enjaulado.

La vocación de golpe
 enrabia su sangre
y justo cuando explotará el rugido

celador de sí misma
se muerde enfurecida.
Brota sigilo.

Tras los dientes la lengua se sangra.

En la jaula bucal


En un breve texto titulado Blaga Dimitrova, escritora, homenaje póstumo a la poeta, publicado por Le Monde y El País (10. 05. 2003), Tz. Tódorov señala: «En los años 60ª Blaga empezó a distanciarse de la retórica oficial y la prensa búlgara le dedicó críticas duras. Se convirtió en una de las raras disidentes que hubo en el país. Al ser prohibidos sus libros, su popularidad creció. Muchos lectores aprendieron lo que era la libertad con sus poemas…».

Sí, ha sido criticada ferozmente. Pero ha publicado entre poesía, novelas, ensayo, obras de teatro, libros de viaje, sátira y traducciones más de 70 libros. Dos de ellos han sido incriminados y prohibidos. Ha sido traducida a más de 25 idiomas. Galardonada con importantes premios nacionales e internacionales. La grandeza de Blaga no reside en el hecho de haber sido una disidente política, sino en no haber desertado de la estética y la ética. En su exilio interior: de la utopía totalitaria en la palabra propia. Su disidencia ha sido mucho más honda, sustancial y peligrosa. Y en esto Tódorov acierta: Muchos lectores aprendieron la libertad con sus poemas, cantos a la interioridad humana, en un espacio del dictamen, donde ser persona era lo peor.

Blaga Nikolova Dimitrova (2.01. 1922  - 2. 05. 2003) estudia en el Liceo de lenguas clásicas y se licencia en Filología Eslava en la Universidad de Sofia, Clemente de Ócrida (1945). Empieza a publicar en 1938. Durante la Segunda Guerra Mundial, se hace simpatizante comunista. Termina estudios de doctorado en el Instituto de Literatura Máximo Gorki de Moscú con la tesis: Maiakovski y la poesía búlgara. Publica libros dedicados a Dimitróv, a Stalin, al futuro. Pero no tardan los cambios en su obra que emprende el viaje hacia sí misma. Se notarán ya en el poemario До утре, Hasta mañana (1956). Uno de sus sellos es la experimentación, algo que no solo requiere una comprensión sofisticada de la tradición literaria, sino un aprendizaje creativo. Y es ese aprendizaje, la memoria activa, lo que se rebela en el interior del impulso creativo, para conducirla a cruzar las fronteras de un yo, aparentemente adoctrinado.

Con dificultades y lentamente el cambio, el viaje desde las ilusiones ideológicas hacia su propio ser interior, avanza para llevar a esta poeta desubicada a un sentir y un estilo, que la situarán entre los poetas del Yo hipermoderno, volátil y transfronterizo, flexible y nómada, inestable y fragmentado, exigente y ético, individualista y responsable, que abandona el antropocentrismo y concibe como intolerables el sufrimiento y la no libertad del otro y lo otro. El Yo de una obra heterodoxa, donde respiran el individuo, la naturaleza, el cosmos, como lugar de la memoria, de la búsqueda del conocimiento y la necesidad de unión. La luz, los espacios abiertos, la noche, el mar, el viento, el hombre y el ave, la naturaleza, fundida con el recuerdo de espacios originarios, vividos o no, forman parte de un universo en el que todo tiende a la prolongación e intensificación a través de un ser polivalente: los objetos que la mirada descubre, los sentimientos y las meditaciones que sacuden el alma, lo que la memoria rescata y el corazón intuye. Poesía de insolente ambigüedad caracterizada por la visión no por la mirada, que concilia en su lenguaje la economía de recursos próxima a la sequedad con una especial capacidad para dotarlos de significados nuevos, de sentidos sorprendentes, de una emoción que opera a partir de la palabra inesperada, para colarse en el misterio de la vida y la muerte. Palabra en interacción transformativa, que juega fonética y gráficamente con el cambio, expandiéndolo en permutación de elementos, en movimiento, en metamorfosis. La compleja serie de referencias resemantizadas y la tajante elipsis constituyen una de las bases de su obra, donde la tensión está instalada directamente en el vocabulario. Atravesando las grandes emociones y el gran dolor del Yo sesgadamente, hablando de la simple existencia, de la realidad percibida:


Дървото прощава на вятъра,
че му разграбва листатa
и го прегръща с клони.
Птицата прощава на облака,
че й поглъща слънцето
и  му маха с криле.
Вълната прощава на камъка,
че й препречва скока
и го обсипва с ласки.
Не прощава единствен човекът
на въздух, вода и камъни,
на никоя земна твар.
И всички преследва с мъст.


Затова е сам на света.
Сам

El árbol perdona al viento
que le saquea las hojas,
y le abrazan sus ramas.
El ave perdona la nube,
que se traga el sol,
y la saluda con alas.
La ola perdona la piedra
que le impide el salto,
y la envuelve en ternura.
Sólo el hombre no perdona
al aire, al agua, a las piedras,
a las criaturas terrestres.
Persigue con escarmiento
a  todo y todos siempre.

Por esto, solo está en el universo.
Solo


La prioridad de la vida interior triunfa en su creación sobre cualquier otra realidad. Su poesía es introspectiva y a la vez lírica. La introspección tiende a los sucesos inapresables – oscuros, a veces, excava y generaliza. Sintetiza en breves estrofas la cotidianidad y las reflexiones filosóficas, la intimidad y el profundo análisis psicológico. A veces el intento de abordar la parte más inaccesible del yo se condensa en estrofas lapidarias que adquieren volumen y expansividad enclavadas en determinados ámbitos concretos de experiencia. El lirismo, siempre sensitivo, acentúa la consagración de la vida y se convierte en una forma de conocimiento del mundo y de rebote, de autoconocimiento del yo que percibe. Exhibe delicadeza evocativa, precisión y un fundirse con la naturaleza como pura celebración y sutil simbolismo. Sus confesiones serenas, su tono grave, la resistencia, el alma dura, nunca doblada, el gesto sencillo y clásico, el estilo coloquial, concreto, detallista, la libre construcción poética, el desarrollo y aumento del ilimitado potencial asociativo de la palabra, la sublimación por la metáfora, la ironía y la añoranza a la cultura universal la insertan  en el remolino de las búsquedas del lenguaje poético más inquieto e inquietante de los últimos tiempos.

Rasgos que muestran plenitud en su libro Пространства, Espacios (1980). Todos sus sentidos están abiertos a las señales de los nuevos significados y nombrándolos, insinuándolos, nos consigue sumergir en el aire de прастихородината – la versopatria ancestral – donde cada instante se produce el milagro: Поетът бе стихопреродил света - El poeta había versoreencarnado  el mundo (Стихослужение в бурна нощ – Versomisa en noche de tempestad). Un poema dedicado al poeta K. Pavlov. El lector búlgaro, de memoria un poco más amable, recordará los versos de su Адаптация,  Adaptación, una grotesca imagen de la comunicación controlada hasta la prohibición, la disgregación y la regresión: «И тогава ще ми стига,/ако ти ми кажеш: бу – бу – бу./ И тогава ше ти стига,/ако аз ти кажа: ву - ву - ву. //Me conformaré entonces/ si me dices tú: bu – bu. / Te conformarás entonces/ si te digo yo: vu –  vu». Este entonces y este conformarse, esta inerte adaptación a las circunstancias, son la más terrible fuente de dolor (como en Botev) y terror para Blaga y ella las deshechiza. Contra el  bu – bu y el vu – vu de la conversación conforme con el territorio aniquilador del pensamiento único, propone una стихосълза, versolágrima, una versopatria ancestral, прастихородина, un espacio inverso. Su poesía asume e interioriza harmónicamente las resonancias nuevas y la herencia atesorada por la memoria. Las actualiza. Se muda de piel, y también las muda a ellas. No porque se somete a las tendencias, o cumple los ritos de acomodamiento de un mimetismo precavido, sino porque su yo no cabe en un yo predeterminado. Porque la palabra homérica que la acompaña le permite otro recorrido por el tiempo y otra ósmosis del yo en el temblor  del sentimiento de pertenencia doble al universo: «И в самата себе си загледана/ cе откривам като нов, далечен свят.-  Y mirando en mí misma me descubro como un nuevo y lejano mundo». (Боянски фрески, Frescos de Boyana). El espacio de la versopatria ancestral está metafóricamente representado con un sublime dramatismo sofocado en la red de espacios trigonométricos, como los del célebre dibujo de Leonardo, aparentemente tranquilos, pero dramáticamente contrastados en el breve poema Измерения или разпятия, Dimensiones o cruz:

От крило до крило,
разперени -
мярката на птицата
за хоризонта.
От ръка до ръка,
пригвоздени -
мярката на човека
за Вселената.

De ala a ala
abierta,
la medida del ave
para el horizonte.
De mano a mano,
en la cruz clavada
la medida del hombre
para el Universo.



El título mismo codifica la ambigua naturaleza de todo intento de definir lo visible y lo invisible, de separar lo interior de lo exterior. El espacio condensado en la atmósfera de: de mano a mano en la cruz clavadas podría ser  el espacio de un abrazo irrealizado para siempre jamás, de una obra o de una vida aniquilada. Pero como emanación del dolor y el sufrimiento del crucificado espíritu humano, actualizando el texto evangélico, se convierte en un equivalente del Universo. En equivalente también de la otra cara de la humana medida. La que no tolera el otro y lo otro, prende odio, dicta sentencias, determina coordenadas, contrae en la crueldad lineal y unidireccional el espacio de la vida y el sueño y lo deja eclipsado entre los dos puntos marcados por los sangrantes clavos. Entre el fanatismo del verdugo y el fanatismo de quien se autosacrifica se abre el agujero negro donde lo demás es sacrificado. La concomitancia con la anterior imagen del ave en vuelo, con sus alas, medida para  el horizonte, desvela una mirada autoirónica y escéptica. ¿O trágica? Como en esta otra visión:


Глухоняма кухост – тя осигурява
абсолютна самота
дори за най-сгъстените съзвездия.

Навярно самотата е условие
да се роят
непостигаемите светове.

Вселената във своето ядро,
където се гнезди
същината на нещата, е Самотност.

Какво излъчване на зов
за споделеност
надава зиналата свръхуста!
(Странности на пространството)

Sordomuda oquedad – ofrece
absoluta soledad
hasta en las constelaciones más espesas.

Puede que la soledad es la condición
para que se enjambren esos mundos,
inalcanzables, inaprehendibles.

El Cosmos en su nucleo,
donde anida
el Ser de cada cosa, no es
sino Soledad.

¡ Oh, qué evocación tremenda
de compenetración
irradia de esta superboca deslomada!
(Extravagancias del espacio)


Libro tierno y atroz, autoirónico y elegíaco, Espacios está constituido sobre la base de siete ciclos de poemas - siete espacios - unos palpables, otros posibles por gracia de la metáfora. Y esa composición crea una alusión invertida a los espacios - tiempos del Libro del Génesis: I día - Memoria, memoria; II - Puerto de montaña; III - El libro de las horas; IV - A este lado y al de más allá; V - Aire; VI - Pese a todo; VII - Espacio y sin. Los títulos de dos de los poemas probablemente podrían ser los códigos necesarios para descifrar el texto en su globalidad: Обратно време, Tiempo inverso, y Обърнато пространство, Espacio invertido. Trae como prefacio un poema titulado Улика, La prueba, que habla de la huella que todo necesita dejar. Centrado en la metamorfosis constante del yo poético, en concordancia con el eterno reempezar de la Creación y su nunca acabar, figurados en la imagen de la serpiente = al Yo del poema, que cambia de piel y prosigue su camino ¿hacia dónde? sumido en el sueño de reencarnación = a eternidad. No tengo posibilidad de entrar en detalles. Sólo añadiré que desarrolla su espiral alrededor del eje formado por una palpitante pregunta: Pero ¿y quién se desvanece: tú o el mundo? Blaga configura un espacio de vida, de existencia real, de puente, levantado sobre el abismo, abierto por la doctrina, que escondida tras el biombo de la utopía aniquila lo humano. Su composición, de carácter tan autónomo,  evoca a la memoria la Divina Comedia de Dante. T. Tódorov, en el prólogo de una antología poética suya en francés, indica que a finales de los 60ª la poeta define su obra en un poema titulado Посоки – Direcciones: Directo contra toda crueldad. / Para el hombre única dirección posible. Pero se le escapa el hecho de que estamos ante un drástico ejemplo de intertextualidad. Ante un poema homenaje que se apropia de la designación que le destina Dante a Lucia de Siracusa, la enemiga de toda crueldad. Miremos más detenidamente: «A mitad del viaje de nuestra vida,// me encontré en una selva obscura// por haberme apartado del camino recto». Esas son las primeras líneas de Infierno. ¿Y cómo termina Direcciones? «Me he perdido en el corazón del mundo/ y descubrí que el sendero de salida/ existe, mientras amo». Podríamos ver conexión con el soneto de Quevedo «Cerrar podrá mis ojos la postrera. Con su: Polvo serán, mas polvo enamorado». Pero lo que crea la conexión es la línea trazada por la Divina Comedia.

También los dos problemas básicos de los que Blaga no huye ni cuando escribe lo supremamente íntimo y elegíaco dialogan con la obra del gran italiano. El problema de las areálias de la libertad humana. Y el problema de la realización de la persona en el plano de la motivación del deseo de integridad personal. No hay pánico ante el agotado tiempo humano personal. La duelen las trampas que nosotros mismos fabricamos. Los miedos y los esquemas inculcados. La manipulación generalizada. La desmemoria. La memoria estrictamente esquematizada que nos separa y expulsa de nuestro propio ser. ¿Qué representa el intento de la madre viejecita del poema Похвално слово за Спасителя, Apología al Salvador, de suicidarse? En la conciencia desmemoriada resplandece instantáneamente el anhelo primario de libertad. Y sí en el final del poema la madre vuelve a la aparente no-libertad de su no-ser, al estar en el cuarto de la vejez, en realidad de lo que se trata es de  la transfusión de vida por vía de un canto, insinuado solamente, una  inútil y simple poesía sublime, el chikchirik, familiar y ambiguo de un gorrión, nunca mejor entendido como metáfora de la poesía. Y el gorrión  desplumado, que su  corazón de niña retiene a picotazos ¿no será la encarnación viva del poeta, que desamparado y vulnerable, retiene a fuerza la olvidadiza eternidad, ingenua y agobiada?

La  presencia de la biografía  espiritual de la creadora es otro signo característico de la poesía de Blaga, junto al uso de las formas de despersonalización: desde el pronombre nosotros hasta el infinitivo del verbo, desde las huellas de lo estrictamente personal e íntimo hacía su conversión en el calco de la recurrente vivencia ancestral de un yo abstracto y despersonalizado. Esta desdoblada posición de atrincheramiento en la vivencia, por un lado y por otro - de cargar las situaciones de sentido simbólico, a menudo a través de la intertextualidad, convergiéndolos en metáforas, en signos, cobra cada vez más fuerza. En el poema Laberinto el espacio propio del poema se estrecha de un callejón sin salida a otro y encuentra expresión en la tensión entre los vocablos. El salto desde el viaje por el laberinto de la vida y el corazón (Comenius) a la identificación del hombre con el laberinto como arquetipo, opera un desplazamiento semántico cualitativo y una emoción expansiva. Otro signo de expansión del espacio-tempo espiritual son las transformaciones y mutaciones que se crean en el interior de las palabras y las figuras hasta que descubran su lado inverso. Blaga soslaya la narración o el análisis de lo externo y alude respuestas y definiciones. Reconstruye  el interior del estado anímico, del sentir. Recupera la energía. Pero lo recordado es de pronto engañoso, y aquí radica la inquietud. Acaso sea lo imaginado, lo ficticio, lo que debe ser recuperado. El lugar donde vida y ficción se transforman en arte y recobran lo que se desea sustraer a la muerte. Por eso sus palabras siempre irradian múltiples insinuaciones. Sugerir se convierte en tropo, en figura principal estilística, que abre mentes y sentidos y el poema mismo, a dimensiones, espacios, códigos y tiempos plurales, multidireccionales y simultáneos. Incluso la meteórica lluvia de neologismos con la que nos saludan sus páginas proviene de la necesidad de dar vía libre a todas las posibles e impensables sugerencias. A la plenitud de la palabra que no únicamente es un signo sino parte activa, evocativa, de la encarnación simultánea de las nociones, en el pasado, el presente y el futuro – en el siempre. El efecto es tan potente que algunos críticos se ponen a analizar como neologismos y creaciones suyas palabras compuestas que nos vienen desde la época del Siglo de oro de la literatura búlgara (s. IX – X). Pero los neologismos de Blaga son plurivalentes o por lo menos ambiguos. Tienen características más bien de superposiciones significativas. A demás, el ejercicio de sugerir siempre provoca movimiento, a veces sísmico, desestabiliza, abre, invierte: destapa otredades amenazadoras y vivificantes. No solo sustenta la energía de la memoria encarnada en estos vocablos sino que visiblemente la hace aumentar. Una idea o una lucha que la obsesiona y se convierte e n objeto directo de sus obras. En el poema Законът за съхранение на енергията, La ley de preservación de la energía, se explicita la colisión entre lo humano frágil y el brutal mecanismo de la técnica. Pero enfrentándose a la técnica el hombre se enfrenta a una parte de sí mismo, a aquel espacio misterioso donde se realiza la síntesis trascendente entre espíritu y materia. Estamos ante una lacónica actualización del mito de Fausto al que aluden también su obra teatral Doctora Faustina, y la novela Rostro. Un Fausto que ya ha aprehendido que el espíritu humano es indescifrable para la eternidad y por esta misma razón su energía es una energía físicamente indestructible que se vierte en el Cosmos y el Siempre a través de la memoria, la conciencia, la palabra. El diálogo con Goethe prosigue en el poema В търсене на мига, Búsqueda del instante:

Какво е? Минало или бъдеще?
Или отронено сегашно
изпод капчука на часовника:
тик-так – и капне на врата ми
като студена гилотина.
¿Y qué es? ¿Pasado o futuro?
O el presente desgranado
por la gotera del reloj:
Tic- tac y cae sobre mi cuello
como helada guillotina.

Ese tic - tac esconde una sostenida ironía que como mínimo rompe el tono elevado de la contemplación. Y sobre todo desestabiliza nuestra idea de ahora mediendo el ritmo de sus metamorfosis. Por esto el final que actualiza invirtiéndola la célebre súplica de Fausto ante la muerte Detente, oh, fugaz instante!) expresa nuestro propio deseo instantáneo: Не спирай миг, за да те търся! ¡No te detengas tú, instante, para que siga yo buscándote! Es más que evidente la consonancia de estos versos con las líneas de Milosz: «Porque venimos de allí donde aún no hay/ división entre el Sí y el No, no hay división entre el es, el será/  y el ha sido».

Decía Borges: Quizá la historia universal es la historia de la diversa entonación de algunas metáforas. La escritura puede haber sido inventada para permitirnos hablar también con los ausentes y lo ausente.  La poesía, con su palabra polifónica y su rebelión contra el gran vacuo del olvido y de la nada, existirá para que el tiempo contuviera siempre todo el tiempo y nada y nadie se ausentara nunca.

Прониза ме пространство безразсъдно,
разпънато от вятър и криле.
Сълзата на вселената ме парна.
(Акупунктура)

 Me traspasó espacio   inconsciente,
 entre vientos y alas crucificado.
La lágrima del universo me quemó.
(Acupuntura)
.
La mirada intelectual del poeta moderno se aparta de la tradicional visión antropocéntrica y dirige la reflexión hacia las otras formas de la existencia con un nuevo sentimiento panteísta. La desaparición de lo otro significa el indistinto desvanecimiento del ser humano. El poema Изчезват орлите, Se extinguen las águilas, no por casualidad va presidido por estas líneas: С изчезващите животни изчезва и нещо човешко завинаги. - Junto con los animales extinguidos algo humano se extingue para siempre. La conmensurabilidad del hombre con las leyes del universo señala la frontera mudadiza donde la relación hombre – naturaleza se convierte en problema filosófico, donde se reflejan las coordenadas impalpables de esta interacción mutua. El cosmos fluye en el hombre como espacio de inagotable afinidad espiritual y anímica, como firme perpetuidad. Como espacio del Yo profundo, donde los límites paradójicamente resultan la puerta única hacia lo infinito: Ние владеем контакт със света/ чрез своите граници само. - Dominamos el contacto con el mundo/ sólo a través de estas lindes que nos forman. (Докосвания, Roces) Pero la paradoja va aun más allá: И ставайки по-безгранични / ние ставаме все по-самотни. -  Y cuanto más ilimitados/ más solitarios estamos.

El final del poema Балада за удавниците стихове, Balada de los versos náufragos con un lacónico gesto arroja el guante al phatos altisonante, mientras hace una reverencia a Sheakespeare y su ser o no ser, y a la Cruz de Gólgota, actualizándolos:

И ще осъмнеш на ръба
между наяве и насън,
между не съм и съм.
(…)
Разпятието дава равновесие.

Y amanecerás al borde
entre realidad y sueño,
entre no soy y soy.
(…)
La cruz ofrece equilibrio.

El diálogo con la Naturaleza, busca el contacto sensitivo y une los contrapuntos. El más simple detalle se espiritualiza. La gota mágica que atraviesa el personaje lírico de Acupuntura, quemando todos sus campos de autoaislamiento  no es únicamente un símbolo del principio purificador depositado en la naturaleza (primer plano de la metáfora) sino una respuesta resonante del ser humano, cuyo dolor se convierte recíprocamente en motor de salvación del Universo.

El poema Забранено море, Mar prohibido, está en  parentesco tipológico con varias de las obras importantes de la poesía europea de las últimas décadas como El fin de Titanic de H. M.  Entzensberguer o algunos poemas de J. Hierro. El paralelismo se da en la forma que viene como un  alud, en el monologismo, en las explosiones de acentos sociales, en la desarmonía, característica para este yo que se busca a sí mismo, en las voces de la infancia y su simbolismo:

с езика на дете ми обясни,
че морската вода в казан без похлупак
се изпарява и превръща в облаци.

me explicó, en el lenguaje de los niños,
que en un cubo abierto el agua del mar se evapora
y se convierte en neblina y en nubes.
La evaporación del mar resulta una figura de doble carga. Por una parte –de la desaparición y la de igualdad entre la gota y el mar ante la desaparición. Y por otra - la  evaporación en nubes es la figura de la interpretación que desplaza la de la nada, de la conversión del mar en palabra, en huella, pero tampoco aquí el sentido es unidireccional: Морето от мен се отдръпва./ Думата ми остава –/ изпарено море. - El mar se aleja de mí./ Queda mi palabra –/ mar evaporado.

¿Por qué el mar es un mar prohibido? ¿Por qué su palabra propia es un mar evaporado? En la interpretación de J. Kristeva leemos: El mar, aquel ruido común sin significados donde bullen los gérmenes de todas las lenguas de humanos o  aves. Pero el verso de Blaga huye del ruido: Изтръгнат на свобода,/ Цял значения./ Сам. - Arrancado a libertad,/ todo significados,/ solo.  La prohibición creciente se vierte en un lenguaje multiplicado en la incansable realización de nuevos significados, arrancados al ruido ensordecedor que los quiere borrar, aniquilar.

Poeta de sensaciones profundas cuajadas en palabras que regeneran y salvan la realidad en un proceso de infrenable actualización singular de valores permanentes, de renovación, pero también de innovación, Blaga ansia: 

Замлъкнете за миг говорилни!
Дъх да поеме Вселенският дух
и да потърси другия път.
(Без заглавие)
¡Callad un instante tan sólo, espacios del parloteo!
 Para que tome aliento el espíritu del Universo
y busque el otro camino.
(Sin título)


El otro camino. Hacia el otro espacio. Espacio de la luz propia, de la vida interior propia, de la otretdad. Lejos de la realidad de fronteras, celdas, doctrinas, decorados, aeropuertos y supermercados, falta de realidad. Espacio de exilio, de expulsión, desregularizado por innumerables reglas. De experimentaciones, ensayos y errores. Acelerado. Mundo de una comunidad global ante un horizonte último. Donde Lorca sigue componiendo las oscuras notas de Suite de los Espejos:

Me veo por los ocasos,
y un hormiguero de gente
anda por mi corazón.

Tras la aparente calma de esa poesía, tras la claridad repensada de lo más complejo se sienten las oleadas de una conciencia intensificada pero reprimida y agobiada en el espacio social que se estrecha cada vez más dentro de una muralla china o berlinesa, que rodea  y al tiempo parte a cada uno, a todos y a todo. Esta conmensurabilidad de lo particular y lo colectivo condiciona y estipula la estructura de su personaje multidireccional, integro y disonante, entregado plenamente a su hacia pero poliédrico y pluridimensional. La simultaneidad de las dicotomías, de conexiones y cohesiones paradójicas, de armonía y disonancia, convierte su sujeto en foco de tensiones, de metamorfosis insospechables, y bruscos cambios de los puntos interiores de orientación. Un deseo de camuflarse en las situaciones y la inclinación, absolutamente contraria a este deseo, hacia el epítome y hacia la dilatación y el engrandecimiento del tema en el curso de la expresión dibujan la doble hélice de su proceso creativo que busca la integridad en la entidad de armonía y disonancia,  motivan los saltos súbitos de lo concreto a lo global y filosófico. Crucificado entre el instante y la eternidad, entre aquí y ahora y la infinitud, el hombre que canta está hecho de materia finita pero también de lo inabarcable. Dos sustancias en asiduo diálogo, que ella nos deja oír.


Нощта изтрива всички ръбове –
така отпуща и отвързва
нещата от самите тях.

Безшумно се изтръгват формите
от всяка предопределеност.
Върховна, тиха свобода.

Почти се стапям до изчезване.
Но пак един въпрос ме дърпа
изкъсо вързана за кол.

На утрото дървета, камъни
веднага си намират образа.
И само аз изгубена се търся.

Кога съм скъсала въжето?
(Душата ми на коневръза)

La noche borra los bordes:
así relaja y desata las cosas
de sí mismas.

Silentes  formas se arrancan
de toda predeterminación.
Sublime, calma libertad.

 Me desvanezco casi-casi.
Pero una pregunta tira
De mí, atada fieramente a la estaca.

Por la mañana árboles y piedras
Su rostro en seguida encuentran.
Y sólo yo, perdida, me busco y reclamo.

¿Cuándo habré roto la cuerda?
(Mi alma atada a la estaca)



Buscar el otro camino.

Es lo que une la obra de Blaga al espíritu de Cervantes y su Don Quijote. A sus Persiles y Seguismunda que  atraviesan con sus amigos de distintos países y diferentes credos a una Europa inmersa en las guerras de religión, amenazada por la agresión del fundamentalismo islámico. Pero nunca se disputan sus convicciones, nunca pierden el respeto mutuo. En su viaje surge ante ellos la cultura europea común. El viaje termina en el punto de más condensada expresión de esta cultura – el encuentro de protestantes, católicos y ortodoxos (entre ellos los uniátas búlgaros) en Roma con una única finalidad – el sueño de una Europa unida.

Las circunstancias troncaron en aquel entonces este sueño. Pero hoy el testamento de Cervantes «a favor de una Europa pacificada en la cultura común, su obra greco – romano – judeo – árabe – cristiana y humanista» (Michael Nerlich) tiene más vida que nunca. No porque hemos emprendido de nuevo este viaje, sino porque si estamos en él, en el otro camino, en gran parte se lo debemos a Cervantes. El reflejo de la luz  que emana la mirada enamorada de su hidalgo se expande sobre toda la creación literaria posterior. Sobre todo ser humano, contaminado de una vez para siempre por su conciencia imaginativa y tolerante. La herencia más interiorizada y más expansiva de Europa y su tiempo.

Tiempo que podríamos nombrar junto a Blaga: «Несвършено, необратимо - Tiempo imperfecto irreversible».




BIBLIOGRAFÍA:


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CANETTI, E. (2002): Obra completa, La lengua salvada, G. Gutenberg/ Círculo de Lectores, Barcelona
DÍMCHEVA, A. (1988): Глас през лабиринта на пространствата, Литературна мисъл, кн. 2, София
HEANEY, S.  2003 Luz Eléctrica, Visor, Madrid
HIERRO, J. (1991): Agenda, Ediciones Prensa de la Ciudad, Madrid
KRISTEVA, J. (1989): Introducción a la edición americana de poemas escogidos de Blaga Dimitrova en inglés Защо морето е черно. En Времена, Слово, Велико Търново, 2000. (1963): Блага Димитрова, сп. Септември, кн. 7, Български писател, София. (1991): Extranjeros para nosotros mismos, Plaza & Janes, Barcelona
LÍKOVA, R. (1988): От конкретния факт до философското обобщение, сп. Пламък, кн. 10, София
LORCA, F. G. (1988): Obras completas en 3 v., v. I, AGUILAR, Madrid
MILOSZ, CZ. (1984): Poemas, Tusquets, Barcelona. (23. 02. 2002): Tres poemas inéditos, Babelia, El País
NALBÁNTOVA, E. (2000): Благодаря за този дар. En  Времена, Blaga Dimitrova, Слово, Bелико Търново, 2000
NATEV, A. (1975): “Каквината” на поетическото мислене, сп. Септември, Nº 4, София
TÓDOROV, T. (10. 05. 2003): Blaga Dimitrova, escritora, Le Monde, París, El País, Madrid; (1994): Prólogo a la edición francesa de Забранено море и други поеми de Блага Димитрова. En Б. Димитрова, Времена, Слово, Велико Търново, 2000


©Zhivka Baltadzhieva, LAS LENGUAS Y CULTURAS DE LOS PAÍSES DE LA AMPLIACIÓN DE LA UNIÓN EUROPEA, GRAM Ediciones, Madrid, 2003


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